¿Soy yo maestro?
Santo Evangelio según Mateo 26, 14-25. Martes Santo.
Por: H. Jorge Alberto Leaños García, L.C. | Fuente:
missionkits.org en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, nuestro rey Tu reino viene!
Oración de preparación (para ponerme en la presencia de
Dios)
En este tiempo especial de conversión, ayúdame, Señor, a
transformar mi actitud, a saber, a pedir perdón por mis casos y, al mismo
tiempo, a tomar aliento en todo lo que me pidas.
Evangelio del día (para orientar tu meditación) del Santo Evangelio
según Mateo 26: 14-25
En ese instante, uno de los discípulos, a quien llamaban
Judas el Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto
recibiré si te doy a Jesús?" Se quedaron para darle treinta monedas de
plata. Y a partir de ese momento, estaba buscando una oportunidad para
entregarlo.
El primer día del festival de panes de galletas, los
discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres preparar
tu cena de Pascua?" Él respondió: "Ve a la ciudad a llamar y
cuéntale", el Maestro dice: mi lección está cerca. Celebraré la Pascua con
mis discípulos en tu casa. Hicieron lo que Jesús ordenó y prepararon la cena de
la Pascua.
Al anochecer, se sentó a la mesa con los doce y mientras
cenabas, él te dijo: "Te aseguro que uno de ustedes me abandonará".
Se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno: "¿Soy yo,
señor?" Él dijo: "Quien moja su pan en el mismo juicio que yo, me lo
dará, porque el Hijo del Hombre muere, como él está escrito por él, pero ¡ay de
aquel por quien el Hijo del hombre será liberado, cuanto más digno es el hombre
de no nacer, entonces Judas, el que lo libraría, preguntó: "es yo,
maestro? "Jesús respondió:" Tú lo dijiste”.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te está diciendo en el evangelio
Estamos a punto de ingresar al núcleo de Semana Santa; El
evangelio nos lleva a un personaje importante que nos ayuda a meditar sobre los
momentos en que le hemos fallado a Dios. Pero aún más, pensar en aquellos casos
de los que no queríamos levantarnos, como Dios hubiera deseado.
Judas dejó de creer. Cayó en indiferencia después de ver lo
que tantos profetas y reyes anhelaban verse. Empezó a pensar con una forma de
pensar puramente terrenal. Podemos decir que fue el más joven, que no era Quiso
confiar, no quería ver, no quería... y Dios respetó este deseo, no ha
prevalecido porque nos ha dado, misteriosamente, la libertad de elegir.
Este discípulo es el hombre con el que podemos comparar si
no queremos responder al llamado de Dios. Es difícil hacer esta comparación
porque se trata de recordar el "no" que podríamos haberle dado a
Dios. Judas, tal vez un poco tarde, reconoció sus acciones. Y sin querer ser
guiado por el Espíritu Santo, hizo lo que sus impulsos lo indujeron a hacer.
Los malos sentimientos lo llevaron a actuar como lo hizo, y no supo cómo
levantarse.
En esta semana santa, contempla y medita las heridas que
fueron la causa de cada uno de nuestros pecados y busca la oportunidad de
curarte.
En mi opinión, el personaje primario me hace meditar que la mayor parte de la
actitud de Jesús con la oveja perdida es la actitud del Señor con Judas. La
oveja perdida más perfecta en el evangelio es Judas. Es un hombre que siempre, todo
el tiempo se mantuvo amargado en su corazón, algo para criticar a los demás,
siempre distanciados: un hombre que no conocía la dulzura de la gratuidad para
vivir con los demás. Y como esta oveja no estaba satisfecha, escapó. Judas
escapó porque era un ladrón, otros saborean y también escapan, porque es la
oscuridad en el corazón, el camino desde el gris. Esta es la doble vida que
existe en tantos cristianos.
(Sermón del S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2016, en Santa
Marta).
Diálogo con Cristo
Esta es la parte más importante de su oración, así que
asegúrese de hablar con amor al que lo ama.
Propósito
Obtener uno personal. El que implica más amor en respuesta
al amante... o, si crees que eso es lo que Dios te pide, vive lo que se te
sugiere a continuación.
Medita en la Pasión de nuestro Señor y pide perdón por los
tiempos en que lo traicionamos.
¡Gracias¡ Señor Jesús.
Cristo, nuestro Rey!
Tu reino viene!
Virgen Prudentísima, María, madre de la iglesia.
Ruega
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